Recuerdos de la Promoción 1987: Una Generación que Dejaron Huella en el Colegio Carmelitas

Han pasado más de tres décadas desde que la promoción 1987 del Colegio Carmelitas dejó las aulas que los vieron crecer, y aunque el tiempo ha transcurrido con rapidez, los recuerdos siguen tan vívidos como si hubieran ocurrido ayer. Para muchos de ustedes, aquella época no solo fue un periodo de formación académica, sino el escenario donde se forjaron amistades que aún hoy perduran. Este artículo es un homenaje a esos años, a esa generación que supo vivir intensamente su paso por el colegio y dejó una marca imborrable en la historia de los Carmelitas.

Los días de uniforme y cuadernos en blanco

El sonido de la campana marcando el inicio de clases, los nervios de los primeros días y los cuadernos recién forrados son memorias que cada integrante de la promoción 1987 guarda con cariño. El patio del colegio, siempre lleno de vida, fue testigo de conversaciones, bromas y promesas que parecían eternas. Años de descubrimientos y aprendizajes, de primeras lecturas y primeras lecciones de vida, siempre acompañados por la guía de profesores que, más que educadores, se convirtieron en cómplices de sus aventuras.

¿Quién puede olvidar los partidos de fútbol en el recreo? O aquellos eventos deportivos donde, aunque el resultado importaba, lo que en verdad contaba era el compañerismo y el apoyo mutuo. La promoción 1987 siempre destacó por su espíritu competitivo, pero también por su capacidad de reír y celebrar, sin importar si se ganaba o se perdía. Los triunfos se compartían, y las derrotas, simplemente, eran excusas para seguir intentándolo.

Unidos por el arte y la música

Además de los estudios y el deporte, la promoción 1987 brilló en el arte. Las actuaciones teatrales, las coreografías preparadas para las festividades del colegio y aquellas canciones que coreaban a viva voz aún resuenan en la memoria de quienes estuvieron ahí. El arte fue su forma de expresión, y las actividades extracurriculares fueron el espacio donde muchos de ustedes encontraron su voz.

Las fiestas de promoción, donde la música de los 80s marcaba el ritmo de la noche, son momentos que siguen arrancando sonrisas. ¿Cuántas veces se escuchó a The Police, Queen o Soda Stereo en aquellas reuniones? La energía de la época dorada del rock latino fue el soundtrack de aquellos años. La pista de baile era el lugar donde se liberaban las tensiones de los exámenes, los nervios de las primeras citas y la emoción de la juventud.

Los valores que nos unen

El Colegio Carmelitas siempre inculcó valores sólidos, y la promoción 1987 fue un claro ejemplo de cómo esos principios se hicieron carne en cada uno de sus integrantes. Solidaridad, respeto y fraternidad fueron los pilares sobre los que se construyó esa unión inquebrantable entre ustedes. El compañerismo no terminaba cuando sonaba el timbre de salida; continuaba en la vida diaria, en las casas de amigos, en las reuniones de los fines de semana.

Esa misma unión es la que hoy, tantos años después, sigue convocándolos. Porque aunque los caminos de la vida los llevaron por diferentes rutas, siempre existe una razón para volver, para reencontrarse. La promoción 1987 ha demostrado que, a pesar del tiempo y la distancia, el lazo que los une sigue siendo tan fuerte como aquel día en que cruzaron el escenario para recibir sus diplomas.

Un reencuentro con el pasado, mirando al futuro

Cada reunión de exalumnos es una oportunidad para volver a ser aquellos jóvenes llenos de sueños y energía. Es el momento de revivir anécdotas, contar cómo ha cambiado la vida y compartir los logros personales y profesionales. Pero también es un instante para detenerse, mirar a quienes fueron tus compañeros de clase y agradecer por haber sido parte de ese viaje que solo algunos afortunados pudieron compartir.

Hoy, la promoción 1987 tiene mucho que contar. Los recuerdos, como fotos en un viejo álbum, se mantienen frescos en la mente y el corazón. Y aunque el colegio ha cambiado con los años, y muchos de ustedes ya tienen hijos que quizás caminarán por esos mismos pasillos, una cosa es segura: siempre serán los alumnos de la promoción 1987 del Colegio Carmelitas, una generación que dejó huella y sigue inspirando a las que vienen detrás.